Un gesto, una mirada, la forma de desplazarse en una sala, los movimientos que se hacen con el cuerpo, las posturas que tomamos, el cuerpo grita tanto que no nos deja escuchar lo que se dice.

No importa los asesores que tengan los líderes en cuanto al manejo de la imagen y poder, existen momentos en los que se ponen en evidencia la confianza, la inseguridad, la autoridad o la sumisión. Esto lo saben los grandes líderes, independientemente que lo hayan estudiado o no, también se aprende durante el transitar de la vida y el ejercicio del poder.

No solamente lo saben los grandes líderes, también lo saben quienes manejan la imagen personal y son expertos en captar esos instantes a través de fotografías o videos donde se destaque la figura de alguien en particular, que se difundirá a través de las redes sociales y otros medios de comunicación.

Steffen Siebert quien es vocero de la canciller de Alemania, Angela Merkel, subió una foto en su cuenta de twitter que pasará a la historia, con motivo de la reunión del Consejo Asesor sobre Igualdad de Género que formaba parte de las actividades que se realizarían en la Cumbre del G7 que se realizó en Quebec, Canadá.

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Es obvio suponer que el vocero de la cancillería cuidara la selección de las imágenes que empoderen a su líder, Angela Merkel, como también la cuidaran quienes manejan la imagen del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.

En la imagen se aprecia a una Angela Merkel imponente, de pie, con claras señales de dominio y poder, frente a un Donald Trump aparentemente indiferente, sentado mientras el resto permanece de pie, con los brazos cruzados. En la fotografía aparecen el primer ministro japonés, Shizo Abe, el presidente de Francia, Enmanuele Macron entre otros importantes líderes y asesores.

La prensa internacional y en las redes sociales se hizo rápida referencia a la “foto”, los expertos en comunicación no verbal ya hicieron o estarán haciendo sus interpretaciones y análisis a ese “instante”, tomado con pinzas con obvias intenciones.

Apenas vi la foto, lo que me dije fue: “Cómo nos parecemos a nuestros hermanos primates”, curiosamente el mismo día que llegué a ver la foto, ya descansando en casa luego del trabajo sabatino encendí la TV, pasé varios canales y decidí ver una película ya comenzada en la que un grupo numeroso de simios eran perseguidos en el Puente Golden Gate de San Francisco, en los EEUU y el líder “Cesar”, con dominio total de la manada los dirigía y en un determinado momento se posa sobre un vehículo y toma la posición de Angela Merkel.

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Hoy es que estoy averiguando cual era el nombre de la película, “El origen del planeta de los simios”; seguí viendo la película, los simios se tuvieron que enfrentar a la policía y luego huyeron a un parque de secuoyas gigantes, Muir Woods, es uno de los parques nacionales de los Estados Unidos de Norteamérica más conocidos, cuenta con 295 hectáreas, está lleno de secuoyas, una especie de árboles verdaderamente gigantes e impresionantes, queda muy cerca del Puente Golden Gate, apenas a unos 12 kilómetros.

Uno de los protagonistas de la película, un científico quien quería preservar la vida de “Cesar”, quienes se conocían desde los laboratorios donde el simio inicialmente vivía, lo persigue a través del bosque, cuando se encuentran, el científico le dice que vuelva a casa, refiriéndose al laboratorio, “Cesar” tomo con su mano derecha el hombro izquierdo del doctor, lo acerca a su cuerpo, aproxima su boca al oído del humano y en voz muy baja le habla para que la manada de simios que los rodeaba no se diera cuenta, le dice:

“Ya estoy en casa”

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“César” después de un abrazo, sale corriendo en dirección a un árbol de secuoya y lo trepa, así lo fueron haciendo en distintos árboles el resto numeroso de simios que le acompañaba. La película termina con “César” parado en el lugar más alto de la secuoya y a lo lejos se divisa la ciudad de San Francisco.

Imposible no mencionar a Charles Darwin en este post, una mente maravillosa y su obra “El Origen de las especies” que conmocionó los paradigmas existentes en relación al origen de la humanidad. Existe una frase muy difundida atribuida a Charles Darwin:

“El hombre desciende de los monos”

De acuerdo al Dr Juan Luis Arsuanga, eso no fué lo que quiso decir Darwin. El Dr Arsuanga es investigador apasionado de los estudios de Darwin, quien es Codirector de Atapuerca, famoso sitio arqueológico, un patrimonio de la humanidad por la cantidad de hallazgos arqueológicos y paleontológicos que tiene. El doctor añade que:

“Darwin nunca dijo que el hombre descendiera de los monos, lo que si afirmaba es que somos monos”

Charles Darwin (1809 – 1882), padre de la Teoría de la Evolución, no tenía la forma de demostrar su teoría , en esa época no se conocía nada sobre la Herencia Biológica, como se transmitían los caracteres. Es entre los años 1958 – 1962 que se desvela uno de los grandes misterios de la naturaleza, el ADN, que sale a la luz producto de las investigaciones de James Watson , Francis Crick y Raymond Gosling , quienes llegaron a ganar el Premio Nobel de Medicina del año 1962, ellos realmente no descubrieron el ADN , pero si la estructura que lo conforma.

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Los primates se comunican al igual que los humanos a través de gestos y signos, pueden mostrar amor y ternura, se abrazan, se dan besos, también se protegen entre si, pueden mostrarse imponentes, existen líderes en los grupos, son capaces de entablar guerras con grupos enemigos y diseñar estrategias de ataque. Uno de los primeros experimentos se hizo con la famosa chimpancé Washoe, quien aprendió 350 signos, de los cuales también pudo transmitir algunos a su hijo, de esas habilidades comunicacionales se pudieron desarrollar otras conductas verdaderamente extraordinarias, como por ejemplo la capacidad de hacer empatía con los humanos y de comprender algunos tipos de situaciones.

La Revista Nature en el años 2005 publicó un estudio hecho por científicos del Consorcio Internacional para el Genoma del Chimpancé en el que se concluye que los humanos y los chimpancés tienen en común el 99% de la secuencia básica del ADN.

Al finalizar el artículo de la Revista Nature, se hace una invitación al respeto para los que hoy más que nunca son nuestros parientes más cercanos.