Tú, mi confidente.
Tú, mi apoyo.
Tú, al que siempre le contaba mis experiencias.
Tú, con quien siempre podía encontrar un motivo para reírme.
Tú, mi mejor amigo.
Aún parece mentira que después de ser tan unidos, como lo éramos, al tener unos kilómetros de distancia simplemente ya no te acordaras de mi.
Y es que aún recuerdo el día que me enteré que te irías, como me alegre por ti pero también cuanto me entristeció saber que no estarías más a mi lado, y aunque me escudé pensando que la distancia podía no separarnos porque tendríamos otros métodos para hablar la realidad fue que nuestra amistad no sería más.
Te busque, intente saber de ti y estar en contacto, pero... ¿de qué sirve? Si ya me habías excluido de tu vida.
De nuestra amistad aprendí que puedes estar todos los días con una persona y no ser cercana a ella en realidad, que las cosas no siempre son como queremos y que si le importas a alguien de verdad él te lo hará saber, cosa que tú no hiciste conmigo.
Ahora cuando te recuerdo solo pienso que yo no fui quien perdió entre los dos, tú fuiste el que perdiste a alguien a quien si le importabas y que te ofreció siempre un cariño sincero, porque sí, tú me perdiste y yo en realidad nunca te tuve.
Preguntas:
- ¿Mi decisión fue orgullosa o harías lo mismo?
- ¿Has tenido alguna experiencia parecida?
- Analiza si tienes alguna amistad que estés perdiendo y pregúntate ¿En serio quieres perderla?
- ¿Vale la pena intentarlo una vez más o mejor dejarlo ir y avanzar?
