Para mis demonios bastaba que sonrieras para intentar borrar el dolor que los tuyos albergaban.
Mis demonios se llenaban de amor al escuchar pasión en tu voz y calmabas su ansiedad cuando había contacto entre nuestras pieles…
Ellos estaban tranquilos si te veían, deseaban hacer de mí la mejor persona para ti pero les demuestras que prefieres un cielo fácil que el infierno donde ellos residen cuando mis demonios justamente empezaban a trabajar el vuelo a la galaxia para regalarte las estrellas que tanto deseas.